Te pido Cristo Rey,
que me acompañes en esta bella jornada
que estoy por iniciar.
Camina junto a mí, Jesús,
y no permitas que me pierda
por el ruido, la tensión y la rutina.
Que toda acción,
por más repetitiva que sea,
la convierta en una labor extraordinaria
que alabe y dé gloria a todas las bendiciones
que recibo siempre de ti, Dulce Jesús.
Me encomiendo a ti
y a todos los que amo.
Amén
que me acompañes en esta bella jornada
que estoy por iniciar.
Camina junto a mí, Jesús,
y no permitas que me pierda
por el ruido, la tensión y la rutina.
Que toda acción,
por más repetitiva que sea,
la convierta en una labor extraordinaria
que alabe y dé gloria a todas las bendiciones
que recibo siempre de ti, Dulce Jesús.
Me encomiendo a ti
y a todos los que amo.
Amén